¡No puedo creer que no es mantequilla! que diga, ¡no puedo creer que no hayan resuelto mi chafertijo! A ver, el transbordador Columbia y la reina de la Gran Bretaña, ergo: ¡Columbia Británica! ¡Pero si estaba más claro que el agua del río de los Remedios!
Aquí les dejo un mapa que pueden ver a detalle si le dan click:
Ahora tomemos un avión en Vancouver y vámonos al Valle de Okanagan.
¡Sí! un avión de hélices, cuando bajé me sentí uno de los Beatles llegando a algún lugar
¡BIENVENIDOS AL VALLE DE OKANAGAN!
En el viñedo de arriba viví momentos etílicos que incluyeron meditación dentro de una pirámide, lo que hace uno con tal de seguir "catando" vinos.
Aquí la onda son los viñedos, el lago, el clima de pocahontas en verano, los resorts con alberca, mucho vino, queso, jamón serrano y las playas ¡sí, playas en el lago! y sobre todo poder pasar horas sin encontrarse con ningún otro ser humano, pues Columbia Británica es del tamaño de la mitad de México y sólo tiene 4 y medio millones de habitantes.
Aquí arriba algunos detalles de lo que me iba encontrando en las ¿ciudades, pueblos? que hay alrededor del lago, a saber: Kelowna, Penticton y, como olvidar un nombre tan hippie: ¡Summerland!
Árbol a orillas de Kelowna.
Animalitos que uno se encuentra por estos lares.
El perro me contó que estudió con un discípulo de Jung.
(Creo que no debí de haberme llevado Fear and loathing in Las Vegas para leer...)
En esta época del año amanece a las 4:30 am y hay luz hasta las 11 de la noche más o menos.
Cosa harto extraña y llamativa para un habitante del trópico como su servidor.
La flora del lugar, ustedes disculpen, pero me late la onda campirana, hasta pensé en estudiar agronomía juar juar.
Y una imagen más que es "pure greeting card material".
Y mañana, a volar unos cuantos miles de kilómetros hacia el siguiente lugar:
¿Ya saben cuál es?
Échenle coco, no hay prisa, aquí los aguanto.
Aquí les dejo un mapa que pueden ver a detalle si le dan click:
Ahora tomemos un avión en Vancouver y vámonos al Valle de Okanagan.
¡Sí! un avión de hélices, cuando bajé me sentí uno de los Beatles llegando a algún lugar
¡BIENVENIDOS AL VALLE DE OKANAGAN!
En el viñedo de arriba viví momentos etílicos que incluyeron meditación dentro de una pirámide, lo que hace uno con tal de seguir "catando" vinos.
Aquí la onda son los viñedos, el lago, el clima de pocahontas en verano, los resorts con alberca, mucho vino, queso, jamón serrano y las playas ¡sí, playas en el lago! y sobre todo poder pasar horas sin encontrarse con ningún otro ser humano, pues Columbia Británica es del tamaño de la mitad de México y sólo tiene 4 y medio millones de habitantes.
Aquí arriba algunos detalles de lo que me iba encontrando en las ¿ciudades, pueblos? que hay alrededor del lago, a saber: Kelowna, Penticton y, como olvidar un nombre tan hippie: ¡Summerland!
Árbol a orillas de Kelowna.
Animalitos que uno se encuentra por estos lares.
El perro me contó que estudió con un discípulo de Jung.
(Creo que no debí de haberme llevado Fear and loathing in Las Vegas para leer...)
En esta época del año amanece a las 4:30 am y hay luz hasta las 11 de la noche más o menos.
Cosa harto extraña y llamativa para un habitante del trópico como su servidor.
La flora del lugar, ustedes disculpen, pero me late la onda campirana, hasta pensé en estudiar agronomía juar juar.
Y una imagen más que es "pure greeting card material".
Y mañana, a volar unos cuantos miles de kilómetros hacia el siguiente lugar:
¿Ya saben cuál es?
Échenle coco, no hay prisa, aquí los aguanto.