Las compus están condenando al olvido a las imprentas,
dentro de poco nadie sabrá qué se siente esperar la primera impresión, acomodar la escuadra, recibir un pedido de papel, oler la piel de la encuadernación, pegar blocks, escuchar las prensas o el corte de la guillotina, intercalar hojas, caminar entre torres de papel o dormir en recortes suaves como paja, ni verán cómo se reproducen por millares las ideas o cómo se le da forma a un libro. Como cada quien imprimirá lo que necesite en su casa, nadie sabrá de las caras de felicidad de los clientes al ver su nombre "inmortalizado" en muchas tarjetas, calendarios o invitaciones. Siempre he vivido rodeado de ese ambiente. Mi papá es impresor.
3 comentarios:
Este es el post mas lindo que he visto en blog alguno.
Saludos a tu padre.
Wow, los mismo que chilangelina >.< siempre he querido trabajar en una imprenta, pero no están contratando las 3 que hay por mí casa xD
Ese olor a tinta, que no todos hemos tenido la suerte de sentir o crecer con él. Qué suerte la tuya. Un abrazo desde Cuernavaca, para ti y para tu padre, ese señor que me trajo tranquilidad una mañana en mi pasar por el metro vía la Raza, en que ambos cargábamos tremendos paquetes... yo una maleta y él uno de papel para su imprenta... Margarita.
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