Pude escapar sólo un momento de los insaciables apetitos de las blogueras vampiro. Quiero avisarles (si no se han enterado por otros blogs), que dicho grupo de mujeres me tiene encerrado en esta decrépita mansión. Me han convertido en su achichincle y me someten a sus más bajos instintos. De día me ponen a vender nopales, xoconostles y nueces de la India, pero de noche (especialmente cuando no logran atrapar a un bloguero virgen), regresan a la mansión a desquitar en mí sus deseos innobles. No se imaginan lo que pasa dentro de esta casa, a la que bien se le puede llamar la Nueva Gomorra.
Tengo que irme, ya vienen y tengo que llevarles sus halls de menta y darles masaje en los pies. Lo que no saben es que cuando están fuera me acabo el Nutella y pongo canciones de Milli Vanilli y Baltimora a todo volumen muajajaja, yo sí que soy malvado.
La historia comienza aquí y sigue en múltiples blogs.